martes, 28 de agosto de 2012

¡VAMOS MUCHACHO

Eres una torre nueva entre un viejo caserío: fino, alto, fuerte; la realización de un sueño que ha tenido a su servicio a los más nobles obreros. Para que te alzaras tú, ha andado la humanidad miles de años de rodillas. Por ti murieron los héroes, agonizaron los sabios, deliraron los artistas. Y la esclavitud y el látigo, han padecido por ti todos los trabajadores.Sobre esa marea montante de sangre y lágrimas, de audacias y humillaciones, te alzas y te sostenemos, por arriba de nosotros: como un puño o una luz… Y tú ni peleas ni alumbras. ¿Qué haces, muchacho?...
¡Vamos! Echa a vuelo el corazón en la torre que te hicimos. Nuestro bronce eres. Llama a rebato… o a misa. Pero, ¡llama!
Me estás pareciendo un hacha en una vidriera. Llevas en ti, martillados, el mineral y el relámpago, y no osas ni hachear los vidrios de los convencionalismos que te encarcelan. ¡Vamos, muchacho!
¿Qué fatiga descansas, qué salario disfrutas, qué amor o qué pena cantas o lloras, tú, el inédito e intacto?...
¿Dónde están tu hierro roto, tu cicatriz o tu triunfo?... ¡Vamos!
No tienes nada en la tierra, aunque poseas hacienda, siervos, libros y palacios: pues no los creaste, no es tuyo. En cambio, lo tendrás todo, aunque seas un vagabundo, con hogar bajo los puentes, si lo quieres y te atreves. Tendrás lo que yo – ¡ay!– no alcanzo; aquello para lo que te ha alzado la humanidad: ¡para que lo alcances tú!
No esperes a ser más fuerte, o a saber más. Tampoco ello podrá ser mientras no te entreveres y no yerres. (Todos somos un error que quiere rectificarse, o una debilidad que aspira a fortalecerse).
¡Vamos, muchacho!
Torre nueva entre el viejo caserío: ¿Te habrán levantado en vano?... ¿Para que fueras sólo esto: apenas un esqueleto fino, alto, bello, habrá avanzado hasta aquí, desde la caverna, el hombre?... ¿Para esto sólo ha soñado, amado, y edificado; cantado y llorado tanto?... ¿todo el dolor de su vida, la sangre que la salpica, el fervor que la ilumina, su muerte y su renacer, no traían en su cimera más que a ti tal cual te veo: impasible, mudo, estéril?...
Niego, protesto, te grito: ¡Vamos, muchacho! ¡Vamos!
Rodolfo Gonzáles Pacheco

No hay comentarios: