domingo, 23 de diciembre de 2012

¿QUE ES EL PODER? PRIMERA PARTE




¿Qué es El Poder?

Yo puedo, tú puedes, él puede, nosotros podemos.
Poder. ¿Es un sustantivo o es un verbo? ¿Es individual o colectivo? ¿Es positivo o negativo? ¿Vertical u horizontal? ¿El poder ‘es’ o más bien ‘se ejerce’? ¿Hay un poder absoluto o más bien fluye a través de todas nuestras relaciones?
¿Y cómo fluye? ¿Cómo habita el poder nuestras vidas? ¿Las condiciona, o las potencia? Pero, una vez más…
¿Qué es el Poder?

La historia del Poder representa tal vez la historia de una realización, lo humano se fue desbordando de sus propios límites, buscando siempre más, reinventándose, para seguir intentando encontrarle un sentido a las cosas. El Poder tiene que ver con esa capacidad de invención, con la conciencia de nuestros propios límites, y por eso mismo, con sus transgresiones.
La mayoría de los relatos mitológicos enfrentan a los humanos con los Dioses, en una lucha por el Poder, no es casual, toda la esencia del Poder radica en comprender el lugar que ocupamos en el cosmos.
Si hay o si no hay límites, y siempre en los relatos lo humano pierde, pero una vez más ¿Tiene que ver el Poder con lo posible? ¿O con lo imposible?
Cuando Aristóteles se pregunta por el Ser, nos dice que las entidades ‘se dan’, o bien en acto, o bien en potencia. Algo en acto nos remite a la realización de la esencia de cualquier entidad, o sea, a cómo en la actualidad logró realizarse.
La ventana es en acto ventana, o en lenguaje más coloquial, actualmente es ventana. ¿Por qué actualmente? Porque aunque sea lo que tiene que ser, una ventana, no lo fue siempre, ni lo será eternamente. La clave, es el concepto de `potencia’. ¿Pero qué  es la potencia? Tiene que ver con la idea de Poder como posibilidad, o sea la capacidad de cualquier entidad de poder ser otra cosa.
Mi vecino, en acto, está arreglando su televisor, pero en potencia podría estar disfrutando de su partido de futbol. Ahora la potencia se actualizó, lo que era en potencia pasó a ser ‘acto’, mi vecino ya está en acto disfrutando de su partido de futbol. De alguna manera el cambio es entendido como el pasaje de la potencia al acto. Pero hay sustratos que lo condicionan, una caja no puede ser en potencia una ballena, o una ventana un árbol, no es infinita la potencialidad de la materia. ¿O si?
¿Qué es el Poder? ¿Cuál es su límite? ¿Tiene límite?
Está claro que en los textos bíblicos las historias se confunden y se cruzan, por un lado Dios crea lo humano y le da un mundo cerrado para que lo no-mine y lo do-mine. Hay un poder importante en el acto de poner el nombre, pero también hay un límite, ya que las cosas vienen predeterminadas por la creación, puede mucho, pero no todo.
En el Edén es clave la figura del árbol del conocimiento del bien y del mal. El árbol prohibido que marca el punto de lo imposible, la ecuación incluso, es problemática, si comen serán mortales, si no comen permanecerán inmortales. ¿Entonces para qué comer si así se pierde la inmortalidad? Evidentemente no es la inmortalidad lo que esta en juego, sino el Poder.
Lo humano no puede aceptar una orden externa, y por eso transgrede, en ese acto político, en ese desafío, comienza una historia de Poder que se desplaza hacia las relaciones vinculares. Caín mata a Abel.
En realidad, esta dificultosa relación de lo humano con sus Dioses, señala el camino de toda relación de lo humano, con lo humano. Lo humano nunca es idéntico, es siempre con un otro, el Poder se juega a través de una falencia que supone una otredad, y busca someter a esa otredad y subyugarla a su propia identidad.
Para que el Poder se ejerza, se necesitan de zonas aun no alcanzadas, se necesita de un otro que siga siendo un otro, para poder ser sometido y que el Poder actúe. El Poder parece empezar a seguir una línea, se apropia de lo otro, para someterlo a su identidad, pero al mismo tiempo necesita que siga habiendo algo extraño, para poder seguir apropiándolo.
En el mundo de la Atenas del siglo V a.c. El Poder se entrelaza con El Saber, Foucault en nuestros tiempos, piensa ambos conceptos, El Poder, en ningún otro lugar se plasma tanto como en el discurso, la palabra crea Verdad, y La Verdad determina un orden, por eso, quien maneja El Saber, ejerce El Poder.   
En la democracia ateniense, la figura de los sofistas se vuelve preponderante, según Platón se trataría de mercaderes del Saber que educan a los lideres poderosos en la formalidad de la palabra, en la oratoria, en el arte del convencimiento, y de este modo promueven una ciudadanía vacía, falsa y amoral, únicamente preocupada en el éxito de sus argumentos.
Para los sofistas, de hecho, al decir de Protágoras, no hay verdades, sino que el hombre es la medida de todas las cosas, no se pelean contra La Verdad, sino que entienden la misma idea de la verdad como un artilugio retórico, así si la verdad es la mentira más eficiente, solo se trata de una cuestión de Poder. Un discurso verdadero es aquel que se logra imponer como un discurso sobre la normalidad.
Pero en Platón el poder social supone la figura del filosofo- rey, si la justicia en una comunidad, se dirime en que cada uno ejerza el rol que le corresponde, al filósofo le cabe el rol del gobernante. ¿Por qué? Porque según Platón tiene que gobernar el que más sabe, el que accede a La Verdad.
Solo el filósofo puede atravesar la multiplicidad de lo real y alcanzar los fundamentos de todas las cosas, la convicción de Platón reside en la autoridad del Saber, al que más sabe por naturaleza le corresponde El Poder. Y obviamente lo usara para el bien, la sabiduría es virtud, el mal es ignorancia.
Saber, Poder y Ética forman la base en el pensamiento platónico de una autoridad incuestionable, que solo va a ser modificada en la filosofía política moderna.
Hobbes ve el origen del Poder político en un contrato, somos libres por naturaleza, pero renunciamos a la libertad absoluta a cambio de que alguien nos proteja ya que la desproporción entre nuestras necesidades y los medios para satisfacerlas genera una guerra de todos contra todos.
Quiero ser libre, pero el de al lado también y por eso quiere matarme, por lo tanto me entrego a un Poder absoluto que garantice mi seguridad. El miedo entonces, como uno de los motores fundamentales para fundar un orden, la libertad solo es posible si primero se fortifica la seguridad, el Poder absoluto nos garantiza la libertad, solo a cambio de nuestra sujeción a sus normas. ¿Pero se puede entonces, seguir hablando de libertad?
¿Qué es entonces El Poder? ¿Qué es lo que puede el hombre? ¿Y qué no? Si en el relato bíblico el Poder del hombre choca contra la omnipotencia Divina, en la Grecia antigua el debate sobre El Poder se vuelve un debate sobre El Saber, pero con la modernidad Hobbes establece las bases de un Poder soberano que solo garantiza la seguridad del individuo.
¿Se podrá confiar en este Poder? ¿O estamos en presencia del inicio de un nuevo tipo de Poder que en el capitalismo persigue la normalización del sistema? 

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