¿Qué es El Poder?
Yo puedo, tú puedes, él puede, nosotros podemos.
Poder. ¿Es un sustantivo o es un verbo? ¿Es individual
o colectivo? ¿Es positivo o negativo? ¿Vertical u horizontal? ¿El poder ‘es’ o
más bien ‘se ejerce’? ¿Hay un poder absoluto o más bien fluye a través de todas
nuestras relaciones?
¿Y cómo fluye? ¿Cómo habita el poder nuestras vidas?
¿Las condiciona, o las potencia? Pero, una vez más…
¿Qué es el Poder?
La historia del Poder representa tal vez la historia
de una realización, lo humano se fue desbordando de sus propios límites,
buscando siempre más, reinventándose, para seguir intentando encontrarle un
sentido a las cosas. El Poder tiene que ver con esa capacidad de invención, con
la conciencia de nuestros propios límites, y por eso mismo, con sus
transgresiones.
La mayoría de los relatos mitológicos enfrentan a los
humanos con los Dioses, en una lucha por el Poder, no es casual, toda la
esencia del Poder radica en comprender el lugar que ocupamos en el cosmos.
Si hay o si no hay límites, y siempre en los relatos
lo humano pierde, pero una vez más ¿Tiene que ver el Poder con lo posible? ¿O
con lo imposible?
Cuando Aristóteles se pregunta por el Ser, nos dice
que las entidades ‘se dan’, o bien en acto, o bien en potencia. Algo en acto
nos remite a la realización de la esencia de cualquier entidad, o sea, a cómo
en la actualidad logró realizarse.
La ventana es en acto ventana, o en lenguaje más
coloquial, actualmente es ventana. ¿Por qué actualmente? Porque aunque sea lo
que tiene que ser, una ventana, no lo fue siempre, ni lo será eternamente. La
clave, es el concepto de `potencia’. ¿Pero qué
es la potencia? Tiene que ver con la idea de Poder como posibilidad, o
sea la capacidad de cualquier entidad de poder ser otra cosa.
Mi vecino, en acto, está arreglando su televisor, pero
en potencia podría estar disfrutando de su partido de futbol. Ahora la potencia
se actualizó, lo que era en potencia pasó a ser ‘acto’, mi vecino ya está en
acto disfrutando de su partido de futbol. De alguna manera el cambio es
entendido como el pasaje de la potencia al acto. Pero hay sustratos que lo
condicionan, una caja no puede ser en potencia una ballena, o una ventana un
árbol, no es infinita la potencialidad de la materia. ¿O si?
¿Qué es el Poder? ¿Cuál es su límite? ¿Tiene límite?
Está claro que en los textos bíblicos las historias se
confunden y se cruzan, por un lado Dios crea lo humano y le da un mundo cerrado
para que lo no-mine y lo do-mine. Hay un poder importante en el acto de poner
el nombre, pero también hay un límite, ya que las cosas vienen predeterminadas
por la creación, puede mucho, pero no todo.
En el Edén es clave la figura del árbol del
conocimiento del bien y del mal. El árbol prohibido que marca el punto de lo
imposible, la ecuación incluso, es problemática, si comen serán mortales, si no
comen permanecerán inmortales. ¿Entonces para qué comer si así se pierde la
inmortalidad? Evidentemente no es la inmortalidad lo que esta en juego, sino el
Poder.
Lo humano no puede aceptar una orden externa, y por
eso transgrede, en ese acto político, en ese desafío, comienza una historia de
Poder que se desplaza hacia las relaciones vinculares. Caín mata a Abel.
En realidad, esta dificultosa relación de lo humano
con sus Dioses, señala el camino de toda relación de lo humano, con lo humano.
Lo humano nunca es idéntico, es siempre con un otro, el Poder se juega a través
de una falencia que supone una otredad, y busca someter a esa otredad y
subyugarla a su propia identidad.
Para que el Poder se ejerza, se necesitan de zonas aun
no alcanzadas, se necesita de un otro que siga siendo un otro, para poder ser
sometido y que el Poder actúe. El Poder parece empezar a seguir una línea, se
apropia de lo otro, para someterlo a su identidad, pero al mismo tiempo
necesita que siga habiendo algo extraño, para poder seguir apropiándolo.
En el mundo de la Atenas del siglo V a.c. El Poder se
entrelaza con El Saber, Foucault en nuestros tiempos, piensa ambos conceptos,
El Poder, en ningún otro lugar se plasma tanto como en el discurso, la palabra
crea Verdad, y La Verdad determina un orden, por eso, quien maneja El Saber,
ejerce El Poder.
En la democracia ateniense, la figura de los sofistas
se vuelve preponderante, según Platón se trataría de mercaderes del Saber que
educan a los lideres poderosos en la formalidad de la palabra, en la oratoria,
en el arte del convencimiento, y de este modo promueven una ciudadanía vacía,
falsa y amoral, únicamente preocupada en el éxito de sus argumentos.
Para los sofistas, de hecho, al decir de Protágoras,
no hay verdades, sino que el hombre es la medida de todas las cosas, no se
pelean contra La Verdad, sino que entienden la misma idea de la verdad como un
artilugio retórico, así si la verdad es la mentira más eficiente, solo se trata
de una cuestión de Poder. Un discurso verdadero es aquel que se logra imponer
como un discurso sobre la normalidad.
Pero en Platón el poder social supone la figura del
filosofo- rey, si la justicia en una comunidad, se dirime en que cada uno ejerza
el rol que le corresponde, al filósofo le cabe el rol del gobernante. ¿Por qué?
Porque según Platón tiene que gobernar el que más sabe, el que accede a La
Verdad.
Solo el filósofo puede atravesar la multiplicidad de
lo real y alcanzar los fundamentos de todas las cosas, la convicción de Platón
reside en la autoridad del Saber, al que más sabe por naturaleza le corresponde
El Poder. Y obviamente lo usara para el bien, la sabiduría es virtud, el mal es
ignorancia.
Saber, Poder y Ética forman la base en el pensamiento platónico
de una autoridad incuestionable, que solo va a ser modificada en la filosofía
política moderna.
Hobbes ve el origen del Poder político en un contrato,
somos libres por naturaleza, pero renunciamos a la libertad absoluta a cambio
de que alguien nos proteja ya que la desproporción entre nuestras necesidades y
los medios para satisfacerlas genera una guerra de todos contra todos.
Quiero ser libre, pero el de al lado también y por eso
quiere matarme, por lo tanto me entrego a un Poder absoluto que garantice mi
seguridad. El miedo entonces, como uno de los motores fundamentales para fundar
un orden, la libertad solo es posible si primero se fortifica la seguridad, el
Poder absoluto nos garantiza la libertad, solo a cambio de nuestra sujeción a
sus normas. ¿Pero se puede entonces, seguir hablando de libertad?
¿Qué es entonces El Poder? ¿Qué es lo que puede el
hombre? ¿Y qué no? Si en el relato bíblico el Poder del hombre choca contra la
omnipotencia Divina, en la Grecia antigua el debate sobre El Poder se vuelve un
debate sobre El Saber, pero con la modernidad Hobbes establece las bases de un
Poder soberano que solo garantiza la seguridad del individuo.
¿Se podrá confiar en este Poder? ¿O estamos en
presencia del inicio de un nuevo tipo de Poder que en el capitalismo persigue
la normalización del sistema?
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