Contra toda forma de dominación
“Es decir la palabra “yo” es una manera cómoda de aludir a
una serie de acontecimientos y formaciones mentales y corporales que tienen un
grado de coherencia causal e integridad en el tiempo. Y el “Yo” con mayúscula
ejemplifica nuestra sensación de que estas formaciones transitorias ocultan una
esencia real e inmutable que es la fuente de nuestra identidad y que debemos
proteger. Pero como hemos visto, esta convicción puede ser infundada y, como
Minsky señala con perspicacia, puede ser dañina”
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Es posible que la mayor contribución de Pierre Clastres (1)
dentro de las ciencias sociales, sea desmentir la idea “evolucionista”, en la
que necesariamente el progreso lógico de toda sociedad seria la culminación en
los estados modernos, gracias a sus observaciones directas sobre pueblos que no
formaron estados, comprobó que estas estaban lejos de ser sociedades
miserables, sino que eran sociedades que si bien producían estaban en contra de
la “producción” de excedentes innecesarios para satisfacer sus necesidades,
además pudo apreciar que eran sociedades que mantenían su identidad grupal
mediante diversas formas que tendían a impedir que se generara un poder
centralizado, en que los “jefes” además de poder aspirar al “prestigio” también
lograran consolidar un poder concreto invirtiendo el concepto de “deuda”. En
las sociedades que no forman un estado es el “jefe” el que está en constante
deuda con el resto de la comunidad a diferencia de nuestras sociedades.
Las sociedades observadas directamente por Clastres distaban
mucho de la imagen del “buen salvaje”, eran sociedades estructuradas en torno a
la guerra, en el sentido de que estaban constantemente activas para que no se
consolidara un poder centralizado y además el refuerzo de la identidad del
grupo, que acarrea este proceso, los mantiene en un constante estado de
rivalidad con otros grupos, lo que se plasma en recurrentes mitos en que cada
grupo es finalmente el hijo de los “dioses”.
Nuestras sociedades con estado también son sociedades en
constante estado de guerra, aunque una gran diferencia es que los lideres
pueden arrastrar a los pueblos a esta confrontación mientras que en las
sociedades investigadas por Clastres los “jefes” podían morir solos o ser
asesinados si querían emprender una guerra “impopular”, necesariamente la
estructuración del estado además implica un “etnocidio” ya que se extermina la
fuerte identidad de cada grupo que hasta entonces dispersaba la concentración
de un poder centralizado que jerarquizara la sociedad, sin embargo los estados
modernos son mucho más profundamente “etnocidas” que antiguos imperios como el
Inca o el Azteca, ya que estos últimos no requerían socavar hasta el último
átomo de las culturas que sometían, debido a que no disponían de la necesidad
de producción y acumulación indefinida que requiere el sistema capitalista, lo
que además mantiene a los estados en un constante estado de guerra por
recursos, es decir lo que era un fenómeno transitorio en las “sociedades
primitivas” centradas en el ocio, pasa a ser sistematico y constante en
nuestras sociedades junto con el productivismo y el sometimiento completo a
ciclos totalmente disarmonicos, tanto con las necesidades biopsicologicas de
los individuos como con los ciclos del ecosistema como veíamos en el artículo
anterior (2).
Es interesante notar que las sociedades investigadas por
Clastres son igualitarias al punto, de que tal idea de igualitarismo a nivel
jerárquico, es tan importante para ellos, que en sus ritos de paso a la
adultez, en muchos casos, o las sanciones, implican crueles actos que marcan
tales valores en sus cuerpos, algo así como en la colonia penitencieria de
Kafka, pero en vez de ser el castigo de un estado que mantiene el monopolio de
la violencia y la división de clases es una prevención contra tal posibilidad.
Estas sociedades son en general patriarcales, hay investigaciones de Riane
Eisler y Casilda Rodriguez que basándose en la civilización Minoica o en
registros arqueológicos del paleolítico, que apoyarían la idea de que las
culturas transitaron desde sociedades matrifocales (En que la capacidad de dar
vida es el valor central) a matriarcados o patriarcados, en que lo central se
convierte en el ejercicio del poder o la capacidad de quitar vida, si bien
ambas investigadoras plantean interesantes argumentos no tienen la ventaja que
poseen las investigaciones de Clastres, que son hechas como observación
directa, por lo que si tuviéramos que basarnos en los datos más inmediatos y
verificables en términos totales, tendríamos que concluir que la “naturaleza”
de las sociedades sin estado es como dice Clastres “un-ser-para-la-guerra” ,
aunque como vimos contra grupos rivales y contra la formación de un poder
centralizado, lo que impide la generalización y escalada de la violencia que
acontece en el sistema interestado global y la economía capitalista.
Esto nos lleva a plantearnos dos cosas fundamentales, lo
primero, aunque los estados puedan derrumbarse rápidamente vuelven a
reconstruirse otros, una vez que los mecanismos preventivos de las sociedades
sin estado fracasan, un caso significativo es que el imperio Inca es el último
de muchos imperios anteriores en esas zonas, esto podríamos explicarlo en la
medida que si un sistema es autopoetico, si no rompe totalmente su coherencia
estructural interna va a tender a recomponerse, al parecer la “revolución” o es
preventiva o no es aunque hay autores como David Graeber que citan algunos casos
de pequeñas sociedades posestatales. La segunda cosa es si se pudiera romper
completamente la coherencia estructural interna de las sociedades con estado y
capitalistas, existe alguna alternativa a que estás no necesariamente se
estructuraran en torno a la guerra contra otros grupos de “iguales”, desde esa
perspectiva la más que manoseada y falsificada “declaración de los derechos del
hombre” aún es una deuda interesante y reclamable a los estados liberales. Los
estados liberales se presentaron como la alternativa de la máxima expresión
racional de organización social ante el oscurantismo de la supuesta divinidad
del origen del poder real, claramente el fracaso de las burguesías en ese
sentido es estrepitoso, en estos momentos prácticamente tenemos una tercera
guerra mundial velada de baja intensidad y un caos ecosistemico inminente (3)
debido a este modo de relación jerarquizado, en términos sociales e indiferente
a la organización de los ciclos ecosistemicos, por lo que intentar comprender y
superar a las sociedades sin estado y contra el productivismo, es cuestión de
supervivencia para la humanidad.
Abordar la segunda cuestión planteada nos lleva a intentar comprender como se funda la fuerte actitud de unidad identitaria que tan hábilmente los sustrajo de concretar poderes centralizados. Clastres plantea acertadamente con multiples ejemplos, que las formas de producción son secundarias y no determinantes de la organización social, más bien el hecho político antecede al económico, argumento para el que cuenta con multiples observaciones directas, entonces lo que provocaría la jerarquizacion de la sociedad más que la agricultura o algo por el estilo, son factores como las guerras o las explosiones demográficas que tienden a concentrar poder y prestigio en un “jefe”, pero esto no es sustuir un factor unidireccional por otro.
Todo fenómeno político a su vez es un fenómeno biológico que acontece en un espacio relacional, cuando las condiciones externas provocan incertidumbre al punto de generar indefensión, tanto en términos biológicos como psicológicos, se tiende a desatar la violencia como una mimesis de apropiación en términos de Rene Girard, básicamente la idea es “quiero aquello que quieren otros para poder sobrevivir o por prestigio”, en este punto los sistemas sociales dan un salto abrupto a nivel de su coherencia estructural interna y se pueden birfucar en dos sentidos y afianzarse en dos tipos de “sacrificios” en los términos propuestos por Girard, si la sociedad culmina en un estado se produce un etnocidio que se plasma en las mitologías en cambio si no se conforma estado la culminación será la muerte de algún “jefe” o grupo rival que amenace la igualdad.
Abordar la segunda cuestión planteada nos lleva a intentar comprender como se funda la fuerte actitud de unidad identitaria que tan hábilmente los sustrajo de concretar poderes centralizados. Clastres plantea acertadamente con multiples ejemplos, que las formas de producción son secundarias y no determinantes de la organización social, más bien el hecho político antecede al económico, argumento para el que cuenta con multiples observaciones directas, entonces lo que provocaría la jerarquizacion de la sociedad más que la agricultura o algo por el estilo, son factores como las guerras o las explosiones demográficas que tienden a concentrar poder y prestigio en un “jefe”, pero esto no es sustuir un factor unidireccional por otro.
Todo fenómeno político a su vez es un fenómeno biológico que acontece en un espacio relacional, cuando las condiciones externas provocan incertidumbre al punto de generar indefensión, tanto en términos biológicos como psicológicos, se tiende a desatar la violencia como una mimesis de apropiación en términos de Rene Girard, básicamente la idea es “quiero aquello que quieren otros para poder sobrevivir o por prestigio”, en este punto los sistemas sociales dan un salto abrupto a nivel de su coherencia estructural interna y se pueden birfucar en dos sentidos y afianzarse en dos tipos de “sacrificios” en los términos propuestos por Girard, si la sociedad culmina en un estado se produce un etnocidio que se plasma en las mitologías en cambio si no se conforma estado la culminación será la muerte de algún “jefe” o grupo rival que amenace la igualdad.
Viendolo de esta manera podemos intentar abordar la primera
cuestión antes enunciada desde la pregunta de ¿Que provoca la mimesis de
apropiación?, ¿Es realmente algo inscrito en nuestra naturaleza biológica o es
también un fenómeno psicosocial?. El sistema nervioso humano registra desde
temprana edad las pautas de apego de los niños y puede hacerse menos o más
ansioso, según las figuras protectoras pueden empatizar y armonizar con sus
necesidades, de este proceso de satisfacción e insatisfacción emerge la imagen
del “yo”, como un deseo por concretar. Las neurociencias en este sentido, en
especial los trabajos de Francisco Varela, han plasmado que la mente es una
propiedad emergente, de las configuraciones neuronales, sin ser completamente
reductible a dichas configuraciones, estableciendose una relación circular de
influencia y restricción reciproca a la vez, (4). El yo entonces seria una
imagen que aparece y desaparece a cada instante en que el ambiente gatilla
perturbaciones en la dinámica interna del sistema nervioso, que no procesa
representaciones del exterior sino que hace emerger un “mundo” debido a la
relación circular entre su hacer total como organismo y el entorno (Esto se
denomina conocimiento enactivo y pone en serio cuestionamiento el dualismo
cartesiano de mente y cuerpo). Este yo en continuo aparecer y desaparecer, ante
momentos de incertidumbre en términos biológicos y psicológicos tiende a
cristalizarse, es decir se establece una adhesión a una imagen carente de
realidad sustancial (interesante ver en ese sentido la psicología de lo que ha
sido denominado sujeto neoliberal), es decir respondemos directamente desde los
condicionamientos sociales y afectivos de cada grupo, cuando deseamos, nuestro
organismo completo, el yo es íntegramente ese deseo, esa es la intensidad tan
virulenta de la mimesis de apropiación, en que dejamos de percibir la
experiencia inmediata y nos adherimos a una imagen mental, una fantasmagoría en
que relegamos la capacidad empática inscrita en nuestra biología como tendencia
a la cooperación para la supervivencia evolutiva, tema ampliamente investigado
tanto por Varela, Maturana, Margulis, Sandín y De Waal entre otros.
Las sociedades investigadas por Clastres encontraron como
solución a esta situación, hasta cierto punto natural, distribuyendo la
dinámica, separando poder y prestigio, es decir el sujeto que requería
alimentar ese “yo”, como imagen cristalizada, era puesto a trabajar para
distribuir bienes para la comunidad, manteniendo la cohesión colectiva
necesaria y generando a su vez un “yo” colectivo, que diferenciara como unidad
al grupo, de ahí lo homogéneo y patriarcal de estas sociedades y su
estructuración en torno a la guerra como un útil metodo, entonces los estados y
el capitalismo en teoría podrían ser superados en la medida en que se genere un
estado constante de movilización, que invirtiera el proceso de deuda, es
prácticamente la sustitución de la moral completa de la humanidad en que el
control de las decisiones resida en la comunidad, pero la evidencia
antropológica nos devuelve a sociedades estructuradas en torno a la guerra y a
una confrontación de distintos “yo” colectivos de cada grupo, pareciera no
poder ser cancelable la mimesis de apropiación, a menos que se desarrollara un
cultivo de afectos ligados a poder describir nuestra experiencia consciente,
con el fin de generar una especie de moral de apoyo mutuo, basada en la
capacidad empática antes mencionada, es decir suprimir los condicionamientos
sociales de grupo por una visión más general y extendida de que es humanidad,
básicamente sustituir el deseo de poder por la capacidad de crear, tanto para
fines individuales como colectivos, o sea una individualidad interdependiente.
Lo anterior evolutivamente es más ventajoso para los
mamíferos, en especial para los primates, que logran acoplamiento estructural
diversificando capacidades, sin romper el equilibrio del colectivo, como
ilustra Humberto Maturana en el árbol del conocimiento, (5) al comparar a los
simios con los insectos sociales y sus caminos de deriva natural en la
evolución, en general el etnocidio que implica el estado y el capitalismo
genera una forma de interaccion mas semejante a una plaga de insectos, carente
de alguna manifestación de individualidad y de cooperación más allá del
programación biológica, como recurrencia de millones de años, en resumen unas
células cancerosas colapsando la organización social, al suprimir la genuina
expresión y subordinarla al productivismo, y el desastre ecosistemico que
implica, cumpliéndose la idea de Murray Bookchin en que la jerarquización
social implica una ruptura con los ciclos ecosistemicos que nos contienen en
forma simultánea.
De esta forma el cultivar los afectos ligados a la
dominación, y la violencia que implica la mimesis de apropiación de las
sociedades jerarquizadas y productivistas, significa la ruptura a nivel
biológico, psicológico, social y ecosistemico de cualquier equilibrio,
claramente las sociedades estudiadas por Clastres mal llamadas primitivas,
demuestran un acoplamiento estructural mucho más efectivo y por ende más
racional que los estados liberales y su economía capitalista, esto no significa
idealizar esas sociedades que como hemos visto tienen momentos brutales, que a
su vez saben sublimar, en términos de Freud, la agresividad, los Yanomamis
tienden a no reprimir la agresividad de sus niños y más que poner límites en
sus caminos los alientan a descubrir el mundo por ellos mismos, el poder
observar todo el proceso tanto de sociedades con estado y capitalismo como
sociedades horizontales, como las vistas por Clastres, nos permite vislumbrar
que si otros afectos son cultivados, el presente que puede emerger es el de
sociedades horizontales basadas en una actividad constante de desarrollar
capacidades evolutivas basadas en la empatía, algo que ya anticipo Kropotkin
con el concepto de apoyo mutuo, sociedades que pueden hacerse cargo de algo que
es natural y que es nuestra agresividad, que no es lo mismo que violencia, que
ya sea en sociedades jerarquizadas u horizontales como las observadas por
Clastres implica un espacio relacional de la negación del otro como legítimo,
junto a ese cultivo de afectos ligados a la empatía podría haber un refinado
cultivo de nuestra agresividad contra cualquier conformación de poder
centralizado.
Una de las sociedades estudiadas por Clastres los
Tupi-Guaranies, cuentan con unos singulares personajes unas especies de
profetas llamados Karai que llamaban a buscar incesantemente la “tierra sin
mal”, cuando intuían que por distintos factores se podría concentrar poder, con
el fin de dispersar a la población o cambiar sus prácticas sociales,
últimamente científicos como Stephen Hawking o James Lovelock han hecho
declaraciones que si bien son catastrofistas, no dejan de ser ciertas con
respecto al futuro de la humanidad, Hawking ha llamado a colonizar otros
mundos, a pesar de que el mismo sabe que en el corto plazo es imposible y que
como el mismo reflexionaba difícilmente sería una muy buena experiencia el
contacto, basta ver solo el “descubrimiento” de america al respecto, entonces
si él sabe todo eso porque dice lo que dice, tal vez es uno de los últimos
Karai llamándonos a buscar la “tierra sin mal” que asi como a los Tupi Guarani
los puso al borde del atlántico, a nosotros nos coloca al borde del espacio
infinito, solo para situarnos en un “terreno mortal”, como llamaba Sun Tzu a
ciertas condiciones de la guerra donde era muy difícil sobrevivir, solo con el
fin de que cambiemos nuestras prácticas sociales y nuestra relación con el
ecosistema, para poder vivir en otro presente, en que el conflicto entre la
capacidad de crear y el deseo de poder, que se funda en la indefensión
biológica como psicológica, encuentre como solución el cultivo consciente de la
capacidad de crear o en la actualización de todo nuestro potencial biótico, de
lo contrario solo somos una colonia de cucarachas destinada a colapsarse a sí
misma en su propia gula de apropiación.
(1) Investigaciones en antropología política de Pierre Clastres
http://www.nakido.com/1B74BE91519C466B38...=sethariel
(2) http://elvirusdelasubversion.blogspot.co...a-las.html
(3) El antropoceno la crisis ecológica se hace mundial
http://www.rebelion.org/docs/104656.pdf
(4) De cuerpo presente de Francisco Varela http://es.scribd.com/doc/88471217/De-Cue...nte-Varela
(5) El árbol del conocimiento de Humberto Maturana y
Francisco Varela http://www.nakido.com/BF3FD64C5ED6AC9823...=sethariel
2 comentarios:
Que buen articulo en que pagina lo encontraste?
del Portal libertario OACA
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